viernes, 20 de noviembre de 2009

Explorador: no podía concebir nada más hermoso, más grandioso, más digno de mí.
Podía atrapar aquella palabra de un extremo al otro, en todos los sentidos, montarla a horcajadas como a un caballo salvaje, colgarme de ella como de un trapecio: seguía siendo igual de hermosa.


Amélie Nothomb - El sabotaje amoroso

lunes, 26 de octubre de 2009




Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un '¡Ahhh!'


On the road - Jack Kerouac

jueves, 3 de septiembre de 2009


(...) pero no te explicaré eso que llaman movimientos brownoideos, por supuesto no te los explicaré y sin embargo los dos, Maga, estamos componiendo una figura, vos un punto en alguna parte, yo otro en alguna parte, desplazándonos, vos ahora a lo mejor en la rue de la Huchette, yo ahora descubriendo en tu pieza vacía esta novela, mañana vos en la Gare de Lyon (si te vas a Lucca, amor mío) y yo en la rue du Chemin Vert, donde me tengo descubierto un vinito extraordinario, y poquito a poco, Maga, vamos componiendo una figura absurda, dibujamos con nuestros movimientos una figura idéntica a la que dibujan las moscas cuando vuelan en una pieza, de aquí para allá, bruscamente dan media vuelta, de allá para aquí, eso es lo que se llama movimiento brownoideo, ¿ahora entendés?, un ángulo recto, una línea que sube, de aquí para allá, del fondo al frente, hacia arriba, hacia abajo, espasmódicamente, frenado en seco y arrancando en el mismo instante en otra dirección, y todo eso va tejiendo un dibujo, una figura, algo inexistente como vos y como yo, como los dos puntos perdidos en París que van de aquí para allá, de allá para aquí, haciendo su dibujo, danzando para nadie, ni siquiera para ellos mismos, una interminable figura sin sentido.

Rayuela - Julio Cortázar (Capítulo 34)

martes, 12 de mayo de 2009

Luces

Carrete Olympus 12


Luz que nunca se extingue:


Te equivocas, sin duda. Alguna vez alcanzan
tus manos el milagro;
en medio de los días indistintos,
tu indigencia, de pronto, toca un fulgor que vale
más que el oro puro:
con plenitud respira tu pecho el raro don
de la felicidad. Y bien quisieras
que nunca se apagara la intensidad que vives.
Después, cuando parece que todo se ha cumplido,
te entregas, cabizbajo, a la añoranza
del breve resplandor maravilloso
que hizo hermosa tu vida y sortilegio el mundo.

Tu error está en creer que la luz se termina.
Al cabo de los años he llegado a saber
que en la naturaleza del milagro
se funden lo fugaz y lo perenne.
Tras su apariencia efímera,
el relámpago sigue viviendo en quien lo vio.
Porque su luz transforma y ya no eres
el hombre aquel que fuiste antes de que en tus ojos,
de que en el fondo oscuro de tu ser fulgurase.

No, la luz no se acaba, si de verdad fue tuya.
Jamás se extingue. Está ocurriendo siempre.
Mira dentro de ti,
con esperanza, sin melancolía.
No conoce la muerte la luz del corazón.
Contigo vivirá mientras tú seas:
no en el recuerdo, sino en tu presente,
en el día continuo del sueño de tu vida.


Eloy Sánchez Rosillo

martes, 14 de abril de 2009

El nuevo viento, el viejo viento.

Cometas

"Con los nuevos días llegó el nuevo viento. Y con el nuevo viento llegaron las cometas, las nuevas y las viejas, igual que todos los años.

(...)

Había cometas de papel grueso y de papel fino, también las había de tela (las camisas a rayas de nailon era especialmente adecuadas), de hule, de plumas de pájaros, de bolsas de plástico, de piel de pez, de cartón alquitranado, de gasas, de cuadernos con himnos religiosos, de hojas y hierba, de máscaras de Papá Noel y de la capa que se forma sobre el chocolate caliente.

(...)

Los nuevos días son como los viejos, sólo que más fríos. El nuevo viento, que no es más que el viejo disfrazado, trae consigo pocas cosas buenas."



Cuentos desde el hielo: Pero mira qué estilo - Ragnar Hovland

lunes, 6 de abril de 2009

Callar

"-No puedo hablar bien -me explicó Naoko-. últimamente me pasa mucho. De verdad que no puedo hablar bien. Cuando intento decir algo, sólo se me ocurren palabras que no vienen a cuento. Que no vienen a cuento o que expresan todo lo contrario de lo que quiero decir. Y, si intento corregirlo, me lío más aún, y más equivocadas son las palabras. Y al final acabo por no saber qué quería decir al principio. Es como si tuviese el cuerpo dividido por la mitad y als dos partes estuviesen jugando a perseguirse. La sensación es ésa. En medio hay una columna muy gruesa, ¿sabes?, y las dos partes van dando vueltas a su alrededor jugando a perseguirse. Una parte de mí tiene la palabra adecuada, pero la otra nunca puede atraparla de ninguna de las maneras."

Tokio Blues - Haruki Murakami

martes, 24 de febrero de 2009

¡POP!


"Te intenté explicar una vez, porqué Amélie era mi película favorita. Tú, de nuevo, me ignoraste. El asunto es que me quedé con ganas. Quería decirte que si necesito ver Amelie por lo menos 3 veces al año es porque Amelie me trae esperanza. Me hace olvidar que el mundo es, joder, una mierda en líneas generales, y que la economía va de culo, y que la universidad va a perder todo el encanto que tenía por un estúpido plan, y que las cosas no tienen porque salirme siempre mal. Amélie me devuelve un poco la fe en los seres humanos, y eso te incluye a ti. A ti y a tu sonrisa rota y a tu instinto asesino. Amelie me trae lo que alguna vez me robaste y tanto me costó volver a recuperar. También quise contarte porqué escucho a La Casa Azul. Tú creías que era porque Luis me había terminado sumergiendo en su mundo de marihuana, pop y colorines. En parte tenías razón, excepto por el tema marihuana, pero eso es otro asunto. La verdadera razón por la que empecé esuchando La Casa Azul fue porque me devolvía la alegría. Me devolvía la alegría y las ganas de gritar, de saltar, hacer locuras y dejarme llevar. Es como tener en el mp3 a un grupo de cheedleaders instandote a vivir el momento, a no apalancarte. Me gusta La Casa Azul porque me hace reír, y porque sus melodias te hacen sonreír y no te importa que las letras hablen de desamor si eres capaz de escribir una canción así de feliz en momentos de tristeza. Ahora que miro hacia atrás, me doy cuenta de que por mucho qu te lo hubiese explicado no lo hubieses entendido porque por aquel entonces tú aún llorabas demasiado y yo todavía no sabía que para los corazones rotos lo mejor son las tiritas. Poco después de que yo dejase de vestir de negro tu me preguntaste que porqué. El día en que salté a los colores me sonreíste y me dijiste: te quedan bien. Pero no lo entendías. A mí los colores me dan energias positivas. Siento que el mundo puede cambiar, y que es mucho más bonito si me pongo una camiseta morada, o auzl, o roja. Si camino con las converse de color verde, o las que tienen lunares, si mis pañuelos de papel son de color pistacho, o si mi carpeta d instituto tiene escrito ¡pop! con letras grandes y un montón de dibujos psicodélicos. Me siento bien así, y ahora que sé que ya no me escuchas te digo que fue lo que me devolvió la sonrisa que tanto te gustaba.

Pero nunca llegas a comprender que quedarnos quietas en la miseria era lo que nos destrozaba.
"


miércoles, 21 de enero de 2009

La jaula en el pájaro



El problema ahora

es que hay muchos vigilantes
y pocos locos.

La jaula en el pájaro

El problema ahora
es que la jaula está
en el interior del pájaro.




David Eloy Rodríguez