lunes, 25 de febrero de 2008

El tiempo no es una línea, ni siquiera un círculo, y mucho menos unas manecillas de reloj. El tiempo no hace tic tac. El tiempo se transforma, hace espirales, vuelve atrás, se mete en sí mismo, sale y se lanza al espacio, el tiempo se distorsiona y los días nunca se repiten, nunca duran lo mismo.

Mañana tal vez sea martes, las malas lenguas dirán que pasado llegará el miércoles –esos miércoles intermedios que parecen no pertenecer a ningún sitio-, y quién sabe si después vendrá el jueves, y el fin de semana parecerá sólo eso, un fin de semana.

Si una no quiere ser eterna –a menos que se sea eterna en el instante- y hoy es siempre todavía, que sea viernes para todos, que el tiempo tenga nudos, tropezones, que se haga madeja y no se deje peinar, que cambie de color y permita pintar encima, que se destiña, que manche, que pinche, acaricie, que rasque, que te agujeree la piel, que recomponga los fragmentos, que conozcas siempre la pregunta, que no te atraviesen los segundos, que nunca sepas ni cómo ni cuándo, ni ciento volando, ni ayer ni mañana.

Laura Febré Diciena

2 comentarios:

Afisionada dijo...

Con los pies fríos no se piensa bien
si es un castigo, yo me lo busqué

Hoy cielo, vienes a por mí
pero por dios
no dejo de pensar que aquí
no hay sitio para los dos

En la Avenida de la Estrella Polar
eran preciosos los besos
desde la cama una estrella fugaz
yo me ponía tan tierno

Pero las ganas y la complicidad
ardieron en el infierno
una cogida en la plaza central
te convencía de aquello...

Estrella Polar (Pereza)
:P

Yago Galleta dijo...

Mis momentos favoritos suelen ser esos minutos que duran horas. Por desgracia las horas son demasiado cortas.

Por contra son horribles esas horas que no cunden ni un minuto.

No estoy hablando de la percepción de que cuando te diviertes pasa el tiempo más rápido y de que cuando algo es emocionante, tu cerebro se concentra en algo y x eso tienes la sensación de que el tiempo pasa mas despacio y te da tiempo de ver tu vida en un segundo.

Hablo de cuando el tiempo solo tiene un camino, cuando los ojos solo ven una cosa, y te dan ganas de moverte 100 veces más rapido para verla de 100 formas distintas y sentir 100 cosas diferentes.

Y al final, cuando ha pasado, te has dado cuenta de que te has quedaod quieto, inmóvil, tal vez con cara de tonto, y aunque lo has disfrutado, se te ha olvidado memorizar bien el momento.

Así que desde ese instante te pasas la vida esperando a que La Belleza se repita.