Qué es la vida si no un cuento de hadas corto y brutal y todo lo que hicimos alguna vez se nos devuelve como una gota que no desiste en su tarea erosiva. Una bestia salvaje que nos arrincona en algún pueblucho del mundo. Y no hay más. Hasta que una mañana despiertas y te das cuenta de que sí hay más mundo, más gente y opinas, opinas que estando tan lejos es imposible sembrar plantitas en noviembre, recibir regalos en diciembre o vacacionar en enero. Pero no. Sí se puede, se puede andar por la vida de la mano y ser felices, se puede uno imaginar eventos, sensaciones, inclusos vivirlos, ¿pero cuánto duran?
Quién preguntaría algo semenjante cuando en verdad no importa. Hay temas que no es necesario tocar, hay cuevas en las cuales no deberías meter tus narices y entonces el corazón no sería suceptible, ni cobarde, ni frágil. Pero la vida es como es, no hay manera de hacerla rubia o tetona, no se puede alargar sus piernas ni los minutos que transcurren. Y las fantasías son bellas pero cortas; los ojos deben abrirse en algún minuto; ser fuertes es la lucha. Fuimos lanzados del paraíso como delincuentes y no hay opción.
Vivir en el minuto exacto es un privilegio. Saberlo vivir es sabiduría.
La vida, la vida, bla bla, ¿podemos definir lo que es intangible? Hoy hablo y mañana tal vez calle, tal vez sea un dulce goce existir o una, de por sí, mortal agonía. Como un niño me siento a llorar cuando sé que no puedo mover las piezas, cuando me doy cuenta de mi humildad, de esa pequeñez que no pude destruir en mí y entiendo que sólo puedo estar en donde mi pies se encuentren medianamente seguros. Al menos eso. Tratar de comprender, abrir los ojos y por fin... el silencio, o la espera, o la nada hasta que una mañana, vuelva a despertar.
2 comentarios:
Qué es la vida si no un cuento de hadas corto y brutal y todo lo que hicimos alguna vez se nos devuelve como una gota que no desiste en su tarea erosiva. Una bestia salvaje que nos arrincona en algún pueblucho del mundo. Y no hay más. Hasta que una mañana despiertas y te das cuenta de que sí hay más mundo, más gente y opinas, opinas que estando tan lejos es imposible sembrar plantitas en noviembre, recibir regalos en diciembre o vacacionar en enero. Pero no. Sí se puede, se puede andar por la vida de la mano y ser felices, se puede uno imaginar eventos, sensaciones, inclusos vivirlos, ¿pero cuánto duran?
Quién preguntaría algo semenjante cuando en verdad no importa. Hay temas que no es necesario tocar, hay cuevas en las cuales no deberías meter tus narices y entonces el corazón no sería suceptible, ni cobarde, ni frágil. Pero la vida es como es, no hay manera de hacerla rubia o tetona, no se puede alargar sus piernas ni los minutos que transcurren. Y las fantasías son bellas pero cortas; los ojos deben abrirse en algún minuto; ser fuertes es la lucha. Fuimos lanzados del paraíso como delincuentes y no hay opción.
Vivir en el minuto exacto es un privilegio. Saberlo vivir es sabiduría.
La vida, la vida, bla bla, ¿podemos definir lo que es intangible? Hoy hablo y mañana tal vez calle, tal vez sea un dulce goce existir o una, de por sí, mortal agonía. Como un niño me siento a llorar cuando sé que no puedo mover las piezas, cuando me doy cuenta de mi humildad, de esa pequeñez que no pude destruir en mí y entiendo que sólo puedo estar en donde mi pies se encuentren medianamente seguros. Al menos eso. Tratar de comprender, abrir los ojos y por fin... el silencio, o la espera, o la nada hasta que una mañana, vuelva a despertar.
Marcela
vuelveeeeee!!! jooooo I miss you!!! :(
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